“los rasgos del emprendedor, del empresario que sale de la nada son sospechosamente similares a los que señala Deustch en relación a los estafadores: gusto por el riesgo, rapidez de evaluación situacional, ambición, seducción, desde de lucro, hipocresía afectiva, inteligencia emocional…”(Rendueles, 2004:111)
“el DSM es una clasificación de las enfermedades psiquiátricas tan estúpida como hegemónica cuya estulticia sólo es comparable a la asombrosa repercusión social que ha tenido” (Rendueles, 2004:25)
“si la modernidad fue la era del individualismo, de la afirmación de la eficacia de la lógica del provecho y el cinismo como medio para regular la vida colectiva, el nosotros posindustrial ha terminado por fragmentarse hasta convertirse en el que el ‘sujeto adaptado a lo real’ se ha ido mimetizando con las discontinuidades del trabajo precario”(Rendueles, 2004:13)
“el modelo del ‘yo ausente’ se ha visto reafirmado en nuestros días por su utilidad para circular por la sociedad individualizada, pues permite multiplicar la subjetividad tantas veces como lo exija el cambio de contexto” (Rendueles, 2004:23)
“a finales del siglo XX asistimos a la quiebra del patrón de normalidad altruista que habíamos heredado de las tradiciones comunitarias y a su substitución por el egoísmo como patrón de conducta racional” (Rendueles, 2004:26)
“la generalización como modelo de salud mental de este paradigma del egoísmo que ensalza al aprovechado ha desacreditado las viejas virtudes del sacrificio o la generosidad, que han pasado a considerarse como conductas cercanas al masoquismo que crean bucles de dependencia. Ahora el individuo normativo es el gorrón” (Rendueles, 2004:23)
“hemos asistido a una psicologización de la pobreza. La arcana distinción entre el buen pobre y el mal pobre se entiende ahora como una distinción entre el auténtico necesitado y el gorrón que abusa de los servicios sociales cuya segregación se establece por medio de una evaluación de su disposición subjetiva a trabajar” (Rendueles, 2004:30)
Continue reading “Citas extraídas del libro Egolatría, de Guillermo Rendueles”